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Hoy llego a una edad en la que nunca pensé de niño a la que fuera a llegar, nunca pensé que llegaría a este nivel de adulto. Hoy celebro todos los golpes, fallas, tristezas, miedos, bulleadas, pérdidas que han hecho a este Carlos, que gracias a eso, también, es un Carlos que se trata de levantar, de esquivar otros tantos golpes, un Carlos con cicatrices, algunas físicas, otras, las más, emocionales. Un Carlos inseguro de su cuerpo, de sus capacidades y de su talento. 

Hoy celebro a un Carlos que se acepta así, con miedos, con tristezas, que lucha constantemente con episodios de depresión, que aprende a estar en soledad, que trata de no darle importancia a sus inseguridades físicas y emocionales. Que trata de poner una buena cara ante ciertas injusticias, a entender que la vida es un instante, que le duele perder día a día muchas cosas, que a veces ni se entiende y que muchas veces está a punto de decir “hasta aquí”… como cantara la Bestia “… que el mundo sea sin mí”. 

Confieso que llego a este día cansado emocionalmente, desgastado, necesitado de color en la vida. Muchas veces veo a la vida en colores deslavados. Llego a esta edad con el corazón apagado en un 80%, un corazón que anhela tanto y que se le niega eso. Un corazón una poco miedoso de querer seguir enfrentando sus miedos. Un corazón que sabe querer y que en una gran parte está vacío. Cómo me gustaría esa comida especial con lo que me gustaba hecho por mi mamá y esos abrazos de mi papá abuelo.

Hoy es un cumpleaños donde le digo a ese Carlitos, que habita en un lugar muy profundo, que me perdone por los sueños que no le cumplí, por dejar pasar esas oportunidades, pero que le prometo que trataré de cumplir aquellos que aún están por presentarse. También decirle que hemos logrado muchas cosas solos y contra corriente y que se siente bien, que hemos logrado sobrellevar los abusos de la familia que robó, que amamos nuestro trabajo y que, al parecer, le gusta a la demás gente, que podemos tener la cabeza en alto ante las humillaciones y abusos de pseudo amigos y trabajos, que sí tenemos corazón de pollo pero que ya aprendimos a ser más fuertes y saber que nos tenemos el uno al otro, solo es cosa de buscarnos y vernos. Que afortunadamente has conocido seres increíbles que les gusta lo mismo que nosotros. Carlitos, has sido amigo de Mary Poppins, eres amigo de Angélica Narváez de Santibáñez y es lo máximo, hablaste por unos minutos con Marimar, has compartido el escenario con el Padre Silvestre, que conoces a Zazá y sus cagelles, y qué hay personas que te tienen cariño por lo que eres, que puedes llegar a tener una familia por elección porque la de sangre te falló (no todos), que poco a poco has aprendido a decirte ‘soy lo que soy’… han habido grandes momentos y esos son a los que tenemos que recurrir cuando estemos tristes. 
Tenemos que recordar que : 
“El cielo nunca cambiará,
Para que tú lo puedas ver
Él te estará esperando siempre para cuando tú
Quieras volar en él”
Carlitos, espero me perdones y espero no fallarte, y perdóname si en algún momento me pierdo y no sepa como volar. Hoy me quiero decir “Carlos te abrazo, perdóname por los malos momentos, prometo que trataré de quererte más y dejar de juzgarte (tanto), busquemos que sean más las alegrías que las tristezas y preocupaciones”

Hoy celebro 46 años, cargado de experiencias fuertes buenas y malas, pero que han formado y conformado al Carlos que hoy escribe esto. Nada de lo que soy seria por lo vivido. 
Feliz cumpleaños a mí. 
Feliz cumpleaños Carlos.


... and all that jazz!!!
Carlos P.

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