A un año...



Hace un año, terminaba nuestro fin de semana de funciones de “La Jaula de las Locas”, un lugar que ha sido mi casa por algunos años, mi otra casa, con mi familia, familia que el 95% del tiempo siento más cercana que la de sangre. A lo largo de este año, como humanidad nos hemos enfrentado a muchos retos y aprendizajes. Hemos hecho cambios en nuestra forma de vivir la vida, hemos de verdad valorado a nuestros quereres y anhelar tanto un abrazo. A nivel personal, ha sido un viaje muy extremo, fue un año en el que mi salud mental y emocional se vio afectada (se manifestaron con más frecuencia y más fuerte mi depresión y mi ansiedad), y sí, ya sé que no soy el único, el caso es que quien está sintiendo lo que siento, soy yo. Cada quien lo vive y lucha con sus demonios, y no es competencia. Las ausencias físicas se presentaron más fuertes. Un año donde un par de veces dije “hasta aquí” y como dijera la Bestia en su canción “que el mundo sea sin mí”. 


Un año donde, gracias al encierro, tuve que confrontarme conmigo mismo, ha sido un año de constante lucha entre quererme y no. Un año de darme cuenta cuánto amo lo que hago y que no hacerlo me duele. Un año donde mis ahorros se esfumaron. Un año de adaptación, un año rudo económicamente. Un año donde acepté que está bien estar mal, un año que sigo aprendiendo que hay miles de cosas que no están en mi control. Un año donde mente y corazón han estado revueltos y que muchísimas noches no me dejan dormir. También ha sido un año de agradecimiento a quienes con su cariño y ayuda me han tendido la mano en varios momentos muy oscuros (también está la contraparte, afortunadamente son muchísimos menos). También me reté y eso está bien, aprendo a abrazar y aceptar mis enfermedades y aprendemos a convivir, hay días que ellas ganan pero les damos batalla. También en este tiempo he investigado y leído más respecto a ellas y al entenderlas muchas cosas tienen sentido y entiendo que muchas veces el exterior no coincide con el interior. El ser humano siempre está en constante transformación y estas últimas 52 semanas se sintieron como 200. 


Hoy quiero compartir esta fotografía, que muestra a un Carlos que anhela que su exterior coincida con su interior. Que tiene muchas cosas en su cabeza y en su corazón y que le cuesta mucho trabajo en traducir todo eso en palabras que, de entrada, él entienda. Me cuesta trabajo verme así, y es por eso mismo que la quiero compartir. Una foto que al verla me saca de mi zona de confort. Un Carlos sonriendo. Lo veo extraño.  


#reflexión #cuarentón en #cuarentena #yo #me #47yo #beard #grayhair #greeneyes #quarantine #ansiedad #anxiety #mentalhealth #depression #OneYear #lockdown #México



...and all that jazz!!!

Carlos P.

Comentarios

Entradas populares